Este artículo ha sido publicado en el blog ICE – UAB Astronomia, Astrofísica i Cosmologia. Descubre más entradas similares en http://blogs.uab.cat/iceastronomia/
El pasado 31 de mayo saqué el telescopio para intentar fotografiar algún objeto del cielo
profundo (con cielo profundo nos referimos a objetos como galaxias, nebulosas, cúmulos de
estrellas, etc.), concretamente la observación la realicé a las afueras de Llanes, Asturias, en una
finca al lado de mi casa. Al cabo de un rato de esperar a que las nubes se fuesen puede
contemplar el maravilloso universo en donde vivimos, era una noche con bastante luna con
una iluminación del 96%, Júpiter y Venus se situaban en el oeste mientras Saturno estaba un
poco más debajo de la Luna , hacia el este. Esa noche me dediqué a observar y fotografiar
principalmente la nebulosa* de Lyra.
La nebulosa de Lyra, también llamada nebulosa del anillo de Lyra o simplemente M57 es una
nebulosa planetaria (existen varios tipos de nebulosas os dejo dos enlaces: 1 , 2) situada, como
su propio nombre indica, en la constelación de Lyra entre la línea imaginaria que uniría las
estrellas Sulafat y Sheliak (en la Imagen I podéis observar su situación). Esta constelación está
formada por 5 estrellas, una de ellas es Vega, una estrella muy importante del firmamento
que forma parte del llamado triángulo de verano, su magnitud es 0 (fue la estrella que se tomó
como referencia para establecer las demás magnitudes del resto de cuerpos celestes). Las
demás estrellas que forman la constelación rondan la magnitud 4.
Para saber más sobre las magnitudes puedes consultar en este enlace.
M57 está a una distancia de nosotros de 2 300 años luz (para que os hagáis una idea, en
kilómetros serían unos 21 760 billones de kilómetros). En su centro se sitúa una enana blanca (también podéis mirar nuestra entrada en el blog por Javier Jáñez) de magnitud 15,8 , que es la que originó esta nebulosa. Esta estrella tiene una masa de 0,6
masas solares, además su temperatura superficial es de 120 000 Kelvin, 20 veces superior a la
del Sol y 12 veces superior a la de Vega.
Una vez alineado el telescopio y seleccionado el objeto a observar empecé a realizar las tomas
que posteriormente tratadas y procesadas (con MaxIm DL) obtuve esto.
Fueron 30 tomas de 8 segundos cada una lo que equivaldría a 240 segundos (4 minutos) de
exposición. La observación completa duro unas 4 horas, contando el tiempo de montaje del
telescopio, el de alineación y el de las tomas, bueno, y también algún capricho para observar
visualmente Saturno (¡IMPRESIONANTE!) y algún otro objeto. Por desgracia no pude sacar más
tomas debido a que la batería se me había gastado.
Hubo tres cosas que me sorprendieron bastante ya que no conocía muy bien cuáles eran los
límites de mi cámara y de mi telescopio: la aparición de una pequeña galaxia espiral IC1296 en
el campo, conseguir sacar la estrella del centro de la nebulosa de una magnitud de 15,8 y la
cantidad de detalles que conseguí sacar con tan poco tiempo de exposición.
La verdad es que lo que más me hizo ilusión fue la estrella del centro y la galaxia que apareció
en el campo, no me lo esperaba. A continuación os dejo con la misma toma que antes solo que
procesada de otra forma en donde se aprecia la galaxia (señalada en rojo)
La naturaleza que nos rodea, tanto nuestro universo como en nuestro diminuto planeta, es
simplemente increíble. Si dedicásemos un poco de tiempo simplemente a observarla, es
inevitable quedarse fascinado por ella.
Por último, animo a todo el mundo que cada vez que tenga oportunidad contemple el
firmamento, yo siempre digo que es nuestra máquina del tiempo, con ella podemos ver lo que
sucedió hace millones de años (dependiendo de la distancia) con solamente mirar al cielo
nocturno.
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